COGUJADA COMÚN (Galerida cristata)

Emparentado con las alondras, las totovías y las terreras, este pajarito ligado a las zonas llanas y esteparias y que, sin presentar un vistoso y colorido plumaje, destaca por la vistosa y erizada cresta que se yergue sobre su cabeza -por lo que recibe popularmente en la zona el hombre de “burriata muñona” o “moñuda”- ofrece éste que aparece a continuación, uno de los cánticos más presentes, audibles y alegres de los emitidos por las aves de los campos de la Llanura Manchega.

 

 

POLLA DE AGUA (Gallinula chloropus)

Quien visite cualquier humedal de La Mancha y, de forma particular, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos del Guadiana, uno de los sonidos que casi con toda seguridad escuchará será el de esta “gallinilla de agua” familia de los rálidos conocida por los lugareños como “pinverde”, a su vez, una de las aves acuáticas más comunes y con más presencia en los humedales manchegos. Su voz y su cántico forman parte de la habitual atmósfera sonora que constantemente envuelve a estos espacios.

 

 

MIRLO COMÚN (Turdus merula)

Semejante por el tamaño y el color a un mirlo, se trata de un ave siempre ligada a las masas forestales de todo tipo, incluidos parques y jardines de las zonas urbanas, siendo muy común en todos ellos, y los Montes de Toledo y la Sierra de Villarrubia de los Ojos del Guadiana no son una excepción, pues en ellos es muy habitual y numeroso, además de “ruidoso”, ya que su alegre y melódico cántico es una constante en los parajes de estos espacios, donde, además, junto al arrendajo, actúa como todo un “chivato del bosque” al avisar con sus repentinos y asustadizas voces de alarma a los demás habitantes de estas sierras y montes de la presencia de algún intruso, extraño o amenaza.