CÁNTICOS Y VOCES DE LAS AVES DE LA LLANURA, LAS SIERRAS Y LOS HUMEDALES MANCHEGOS

TRIGUERO (Miliaria calandra)

El triguero, semejante a un gorrión pero algo más grande, es uno de los pájaros más comunes dentro de la Llanura Manchega y su típico cántico uno de los sonidos más habituales que se escuchan dentro de este territorio. Sobre todo, en los días más soleados y de más agradable temperatura que se reparten a lo largo del año, pero especialmente en primavera, es cuando esta ave se posa en la rama más alta de algún pequeño árbol, arbusto u otro tipo de posaderos como palos y alambradas, y desde ellos emite incesantemente y monótonamente este breve y estridente, a le vez que alegre, cántico, como queriendo precisamente mostrar alegría por la fantástica mañana o tarde que hace, cuando realmente lo que persigue es, como hacen la mayoría de aves con su cántico, marcar su territorio y zona de nidificación, en este segundo caso, en la época de cría.

1

 

 

RUISEÑOR BASTARDO (Cettia cetti) y RUISEÑOR COMÚN (Luscinia megarhynchos)

Tanto el ruiseñor bastardo como el ruiseñor común -residente el primero y africano el segundo- se asocian a los humedales y entornos palustres como las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos del Guadiana y demás lagunas y zonas húmedas manchegas, aunque la segunda especie habita un espectro de hábitats asociados al agua o a mucha humedad aún más amplia y variada, siendo muy habitual igualmente por ejemplo en biotopos como umbrías, sotos o cursos de agua serranos, de manera que es muy frecuente también en ese tipo de parajes insertados en los Montes de Toledo o, dentro de estos, la Sierra de Villarrubia. Ambas especies comparten también, además de su gran parecido –un nada vistoso plumaje entre marrón y pardorojizo con la garganta, cuello, pecho y zona ventral de tonos claros- el poseer un cántico potente y llamativo generado en los dos casos desde algún punto oculto y bien escondido entre la vegetación palustre y espeso follaje de los árboles cuan si pájaros invisibles se tratase, pero mientras el del ruiseñor bastardo se trata de una sorpresiva y fugaz estrofa que inesperadamente rompe el silencio o irrumpe y se suma a la banda sonora de los humedales donde reside, en el caso del ruiseñor común se trata de una interminable sinfonía que en época de cría, en primavera y primera parte del verano, no cesa ni de día ni de noche, erigiéndose como el cántico más bello, armonioso, variado y con mayor número de estrofas emitido por casi ninguna ave conocida, de ahí su fama mundial.

ruiseñor bastardo

2

ruiseñor común

 

3

 

 

AUTILLO (Otus scops)

De procedencia africana, que es donde pasa nuestro otoño e invierno antes de venir a Europa para criar en primavera y verano, se trata de la rapaz nocturna más pequeña que encontraremos en el Viejo Continente –menor todavía que el mochuelo-, emitiendo uno de los cánticos más característicos, peculiares e inconfundibles de las cálidas noches primaverales y veraniegas. Al igual que ocurre con los también africanos y nocturnos chotacabras gris y pardo, el cántico del autillo recuerda a cualquier cosa menos a un ave y, fácilmente, el espectador novato y no entendido puede confundirlo y asociarlo sobre todo con algún tipo de alarma, el característico pitido de un vehículo o máquina cuando va marcha atrás o, en los casos más extremos en los que, envueltos por la oscuridad de la noche, la imaginación se dispara y se desborda, un “ovni” u otro tipo de misterioso y sobrecogedor fenómeno cercano a lo paranormal. Pero en realidad se trata de esta pequeñísima rapaz nocturna, que normalmente desde la rama del árbol donde tiene instalado su nido –en una oquedad, grieta, agujero o viejo nido de pájaro carpintero en el tronco-, emite de forma potente y audible a grandísima distancia esta especie de pitido o silbido monosílabo para marcar, como es habitual en las aves, su territorio y punto de nidificación. En zonas forestales y pseudoforestales como los Montes de Toledo y la Sierra de Villarrubia el autillo es muy común y fácil de escuchar, aunque también habita y ocupa otros medios muy variopintos, siendo también muy habitual por ejemplo en los campos de la Llanura Manchega e incluso en parques y jardines de las zonas urbanas, siempre y cuando exista árboles donde nidificar y posarse.

 

4

Leave a comment


*