EVENTOS

Entran las últimas semanas del año y en muchos puntos de España y de La Mancha tiene comienzo la recolección de la “aceituna”. Es el caso del municipio manchego y ciudarrealeño de Villarrubia de los Ojos del Guadiana, donde, además de los viñedos, mayoritarios, también es muy importante el cultivo del olivar. Así, al igual que ocurre con la vendimia, a partir de estas fechas, y durante más o menos un mes, los “olivares” villarrubieros también se pueblan de cuadrillas de “aceituneros” que llenan estos parajes de voces y bullicio y en donde, a lo largo de la larga y dura jornada de trabajo predomina por encima de todos un sonido característico: el de las “varas” impactando incesantemente contra las “cogollas”, los “sobacos”, las “faldas” y, en general, el follaje o “ramoniza” de los olivos para derribar a las “mantas” su fruto; a lo que se ha unido en los últimos tiempos el ruido generado por modernos y motorizados artilugios diseñados también para tirar abajo la “aceituna”. Previamente, estos olivares de Villarrubia, localizados fundamentalmente al pie de su sierra en las zonas de raña y valles que se abren hacia la Llanura Manchega –principalmente los la zona de Renales, El Cambrón de La Milla, Peñas Amarillas, El Allozar o Los Jarales-, o en diversos puntos de la misma llanura como, sobre todo, El Chaparrillo, Los Molodros , Conrado o el Monte Máximo, han sido durante los meses precedentes mimosa y esmeradamente cuidados por sus propietarios con la realización de trabajos como los de “la monda”, “chuponar” o “el arado”. Ésta que se puede escuchar a continuación es una jota manchega y villarrubiera dedicada precisamente a la recolección de la “aceituna”

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