Uno de los mayores espectáculos sonoros, además de visuales, que nos ofrecen humedales como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos del Guadiana son las conocidas como “pajareras” o “garceras”, colonias de cría arborícolas donde, durante la primavera y buena parte del verano, numerosas especies de garzas y otras aves afines y emparentadas instalan conjuntamente y de forma entremezclada decenas y decenas y hasta centenares de nidos construidos sobre las ramas de los árboles que las albergan. Ello da lugar no sólo a un muy llamativo conglomerado de vistosas y variopintas aves como son los distintos tipos de aves que las protagonizan, sino, a la vez, a toda una estruendosa “escandalera” donde, de manera desordenada e improvisada, cientos y cientos de voces secas, ásperas y roncas parecen competir por quién grita más fuerte y se hace notar más. Garzas reales, garcetas comunes, garcetas bueyeras, garcillas cangrejeras, martinetes o la no arborícola garza imperial, así como las cigüeñas blancas, las espátulas y los moritos son quienes protagonizan este espectáculo.